Hijo de David Muir (Presidente de Crown – Europa, Oriente Medio y África), Fraser ha vivido tanto en el extranjero con su familia trasladada, como en internados en el Reino Unido. En esta entrevista, Fraser nos da su punto de vista acerca de los beneficios, las dificultades, y cómo sacar el mayor provecho de la educación internacional De media, un Niño de la Tercera Cultura cambiará de lugar al menos cuatro veces antes de cumplir los 18. ¿Nos puedes dar detalles de tus traslados? (¿Dónde y qué estudiaste?) Cuando tenía dos años, en 1996, mis padres fueron trasladados de mi país de origen, el Reino Unido, a California. Pasé la mitad de mi infancia allí. Empecé el colegio, aprendí a leer y escribir y me convertí en un niño totalmente americano. A los ocho años, trasladaron a mis padres de vuelta a Europa, a Praga en la República Checa. Fui a un internado en el Reino Unido, y pasaría mi tiempo entre el mismo y Praga durante las vacaciones escolares. Permanecí en el Reino Unido hasta que finalicé mi educación secundaria y terminé mi "Bachillerato Internacional" antes de empezar en la Universidad de California, Berkeley, hace dos años, donde estudio un grado en Ciencias Políticas. ¿Nos puedes contar alguna historia interesante o graciosa? Es extraño ser un adulto de pleno derecho en un país y un niño de nuevo en otro. Uno no piensa que cosas como la edad legal para beber alcohol importan (18 años en el Reino Unido y 21 en Estados Unidos), pero representan una percepción cultural más amplia de lo que significa ser un adulto y esta regresión es un sentimiento extraño después de sentirse mayor. ¿Qué consejo les darías a los padres para que encuentren el colegio ideal para sus hijos? ¿Qué importancia tuvo tu experiencia escolar previa? Es difícil afirmar que existe un enfoque universal para los padres que están buscando colegio, porque eso depende en gran medida de los hijos. A mi me fue muy bien en el internado porque disfruté de los aspectos sociales y de la independencia que me brindó, pero no todo el mundo encaja. A veces, puede ser mejor enviar al niño al colegio internacional si te han trasladado a un lugar con un idioma distinto al tuyo. Dejar tu país puede suponer un gran choque cultural para los niños, y ese poquito de familiaridad que se encuentra en una comunidad de expatriados puede ser de gran ayuda. Como resultado de la educación internacional… ¿Te has adaptado a tus propios valores mejor o te resulta más fácil entenderlos? Claro que sí, creo que es imposible no reevaluar cómo ves el mundo cuando estás expuesto a tantas facetas distintas de él. Pienso que lo que encuentro importante hoy en día es un resultado de una mezcla de experiencias culturales, sociales e ideológicas diferentes, que me he encontrado a lo largo de mi vida por el mundo. ¿Han cambiado tus experiencias en el extranjero tu opinión sobre tu propia cultura? No estoy seguro se saber cual es realmente mi propia cultura. No he pasado nunca más tiempo en un país que en otro, supongo que me veo como un miembro de al menos dos culturas diferentes. En este sentido, está claro que he heredado los rasgos y características de culturas diferentes y eso ha tenido un gran impacto en mi forma de ver el mundo. ¿Son más fáciles ahora las interacciones multiculturales? Las interacciones multiculturales son siempre un reto, especialmente si es con alguien de una cultura que no necesariamente entiendes. Pero después de haber estado en muchas de estas situaciones, Aprendes a ser más tolerante, respetuoso y paciente con los aspectos culturales que puedan parecer extraños o difíciles en comparación con los occidentales. Es una lección inestimable que me ha ayudado a hacer amigos en muchas ocasiones por todo el mundo. ¿Qué cualidades o rasgos de personalidad has adquirido a lo largo de tu experiencia? ¿Mayor adaptabilidad, seguridad en ti mismo? Al haber estado en un internado desde los nueve años, diría que las cualidades más valiosas que he adquirido han sido la independencia y la seguridad en mi mismo, en concreto en situaciones sociales. La naturaleza misma de ese tipo de ambiente conlleva a socializar y sobrevivir sin que te sirvan en bandeja de plata. Está comprobado que estos rasgos me resultan muy valiosos cuando me traslado de un lugar a otro. ¿Crees que la experiencia de estudiar en el extranjero ayuda a los estudiantes a introducirse en el mercado laboral? Sí, pienso que un currículo que refleje estudios en el extranjero le dice mucho a tu empleador en potencia acerca del tipo de persona que eres. Demuestra que eres valiente y que te gustan los retos, que eres capaz de dejar tu zona de confort por el bien de una experiencia y que probablemente sepas más acerca de los problemas políticos, sociales y económicos de fuera de tu país. Sería difícil que un empleador no apreciara que estudiar en el extranjero es un aspecto positivo. ¿Qué consejo le daría a los Niños de la Tercera Cultura para asegurarles que su experiencia va a ser no solo agradable sino gratificante? ¿Cuáles son las pequeñas cosas de las que no hay que preocuparse? Esto es como un juego de puñetazos. Al principio va a haber muchos. Trasladarse a otra parte del mundo es un gran reto y va a haber miles de pequeñas cositas distintas de la nueva cultura que te van a irritar, desde el idioma, hasta el hecho de que no haya leche de soja en el supermercado. Pero es importante darse cuenta de que es imposible llevar la misma vida de antes en un país distinto al tuyo. Si lo intentas, solo va servirte para frustrarte aún más. Tienes que aceptar que la vida va a ser distinta, vas a tener que usar un sistema de transporte público obsoleto en vez montarte en el coche, o aprender que tipo de comida es segura en un menú que no entiendes. Pero si no te rindes ante el hecho que no puedes controlar estos pequeños y exasperantes detalles, podrás encontrar un modo de vida que preferirías al que has dejado atrás. Y por último, ¿en general, fue la educación internacional una experiencia positiva? ¿Habrías preferido haber estudiado en tu país? Efectivamente, creo que mi educación ha sido y es un éxito. He aprendido tanto acerca de la vida, la gente y el mundo, y aunque quizás no haya tenido la educación académica más estable, no cambiaría las experiencias que he vivido por unas notas más altas en SAT (el equivalente a la Selectividad en España).